Los amantes del séptimo arte esperamos cada año con ilusión la llegada de los Premios Goya. Y yo, debe reconocerlo, en esta ocasión esperaba con más ganas que nunca la gala. Primero, porque se había elegido a dos grandes actrices como maestras de ceremonia. Segundo, por varias grandes películas nominadas. Tercero, porque Granada era un marco perfecto y mágico para un evento de este tipo.
Sin embargo, la noche no fue absolutamente nada de lo que esperaba. Y así quedó de manifiesto a los pocos minutos de dar comienzo, cuando ya surgieron problemas de sonido. Problemas que quitaron brillo a la primera actuación musical de la noche y que siguieron produciéndose en la parte inicial de la gala.
Ese fue el primer desastre. Luego, llegaron mucho más. Entre ellos, la nefasta traducción del discurso de Richard Gere, Goya Internacional. No le dio coherencia ni continuidad a sus palabras. Un verdadero caos que parecía más fruto del trabajo de una IA que de un profesional.
Por supuesto, tampoco hay que olvidar que los guionistas de la gala de los Goya 2025 no supieron darle ritmo ni atractivo a la misma. Y mucho menos aprovechar el talento interpretativo de Leonor Watling y Maribel Verdú. Tuvieron unas intervenciones descafeinadas, sin chispa, y eso que ellas lo pusieron todo de su parte.
Y para metedura de pata la entrega del último premio, el de la mejor película. Por primera vez en la historia de estos galardones, dos filmes compartieron el honor de obtener ese reconocimiento: 'La infiltrada' y 'El 47'. Y ese momento único no tuvo el lucimiento que debería haber tenido.
Belén Rueda dio el nombre de 'El 47' y en plena celebración del equipo del largometraje, cuando las cámaras le estaban siguiendo, ella dijo que también lo recibía 'La infiltrada'. Pero ni se enfocó convenientemente a la actriz, ni los espectadores escuchamos bien lo que había ocurrido. Fue todo un desconcierto, tanto en el palacio granadino como en las casas de los espectadores. Un auténtico despropósito y una lástima que un instante nunca visto hasta ahora tuviera un pésimo seguimiento de realización.
Lo mejor de la gala de los Goya 2025
Afortunadamente, no todo fue malo en esta gala de los Goya 2025. Sin lugar a dudas, lo mejor fue la emoción de muchos premiados al recoger su 'cabezón'. Y, en especial, las reivindicaciones sociales que bastantes de ellos realizaron. En concreto, sobre la vivienda, la sanidad pública y la educación pública.
Como también fue realmente aplaudido y meritorio el momento en el que Aitana Sánchez-Gijón, ganadora del Goya de Honor, mencionó a la fallecida Marisa Paredes. Lo hizo para, utilizando sus palabras, abogar por la libertad, la cultura, la tolerancia y el respeto. Todo al tiempo que arremetía contra los fanatismos, la ultraderecha o los ataques furibundos actuales hacia los inmigrantes.
Aitana Sánchez-Gijón ha recibido el Goya de Honor:
— Noa Gresiva (@NoaGresiva) February 8, 2025
“No hay que tenerle miedo a la cultura.
“Hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y a las limpiezas étnicas”. #Goya2025 #Goyas2025 pic.twitter.com/mAsRKG6FfS
Ella consiguió despertar al público del evento con estas palabras, pero también con el emotivo encuentro que vivió con Maribel Verdú. Ambas, amigas y compañeras, se fundieron en un tierno beso y abrazo después de que la conductora de la cita manifestara que para ella no era un “Goya de Honor, es un Goya de Amor”.
Llorando con el discurso de Maribel Verdú. Qué maravilla una compañera de trabajo, rival interpretativo, sea tu amiga de verdad, de te quiero.
— maría tatus 💫 (@maria_tatus) February 8, 2025
Maribel Verdú entrega el Goya de Honor a Aitana Sánchez-Gijón.
🌟 #Goya2025 #GoyaTVE2025 #GoyaDeGranada pic.twitter.com/Ku9SZbuHfy
Asimismo, hay que valorarse las actuaciones musicales, que fueron rendidos homenajes a ilustres artistas de Granada. Entre ellos, Lorca, Miguel Ríos o el grupo Triana. Y todo de la mano de reconocidas figuras como Alejandro Sanz, Amaral, Estrella Morente, Rigoberta Bandini o Lola Índigo.
Todo esto fue la noche más especial del cine español. Una velada que no pasará a la historia por divertida ni por entretenida, fue absolutamente descafeinada y con fallos garrafales que deberían evitarse en las próximas. Quedémonos con el hecho de que el mundo de la cultura vuelve a demostrar lo comprometido que está con la libertad, el respeto, la tolerancia y la diversidad, al igual que en contra de las guerras, la ultraderecha, el racismo y la xenofobia.