Parecía que iba a ser un domingo más, tranquilo y ordinario pero nada que ver. Una noticia de alcance copaba la portada de periódicos digitales y los informativos de televisión y radio: ETA anunciaba un alto el fuego.
Un vídeo-comunicado, remitido a la cadena británica BBC, ha sido el que ha utilizado la banda terrorista para asegurar que no llevará a cabo "más acciones armadas". Asimismo, expone que esta decisión la adoptó hace algunos meses para apostar por el proceso democrático.
Tres militantes de ETA encapuchados delante del anagrama de la mencionada banda y de banderas vascas son los protagonistas de este vídeo en el que, por supuesto, siguen primando las ideas independentistas.
Las reacciones de las diferentes formaciones políticas de nuestro país no se han hecho esperar y todas coinciden en lo mismo, en mantener la cautela y es que, entre otras cosas, hay una ambigüedad sobre el alto el fuego pues ¿es permanente o temporal?. Ante todo ello, y dado que desde 1981 ETA ha anunciado en once ocasiones el cese de sus acciones violentas para luego acometer todo lo contrario, la credibilidad de esa voluntad queda en tela de juicio.
Para muchos dirigentes y ciudadanos esta actuación terrorista esconde un objetivo oculto: rearmarse e intentar sobreponerse a los últimos varapalos sufridos tras la detención de sus máximos cabecillas.
Opiniones hay muchas y variadas, pero todos coincidimos en un punto concreto: esta decisión de ETA es insuficiente. El paso definitivo para lograr la paz tan ansiada es que la banda abandone definitivamente las armas y se disuelva.