Muchos la han encasillado como presentadora de un reality, Gran Hermano, y por este hecho no le dan el lugar que se merece. Sin embargo, Mercedes Milá es una profesional todoterreno, con unas cualidades increíbles para la comunicación (que ya quisiéramos algunos) y, sobre todo, con una claridad rotundad a la hora de expresar sus ideas.
Ayer dio una entrevista en televisión con motivo del próximo inicio de la edición número 14 del citado programa, su "niño bonito", y no tuvo ningún tapujo en hablar de la situación actual que estamos viviendo en España: la crisis, la imputación de Urdangarín en el Caso Noós y los presuntos sobresueldos en B de la cúpula del PP.
Su sinceridad, su valentía y su apasionamiento a la hora de defender en lo que cree no sólo son algunas de sus señas de identidad sino también los valores que muchos admiramos en esta mujer que ha desarrollado una carrera amplísima en la que ha realizado entrevistas a los personajes más importantes del momento, en la que se arriesgó a presentar un innovador espacio que se convirtió en fenómeno social mientras creaba escuela, y en la que se ha unido a los más débiles para dar a conocer sus lamentables situaciones personales.
Todo ello sin perder un ápice de la ilusión con la que empezó en el mundo del Periodismo. Y es que mantiene esa citada pasión y el deber de luchar por la libertad y la verdad. Valores que, hoy más que nunca, hay que reivindicar.
Ayer dio una entrevista en televisión con motivo del próximo inicio de la edición número 14 del citado programa, su "niño bonito", y no tuvo ningún tapujo en hablar de la situación actual que estamos viviendo en España: la crisis, la imputación de Urdangarín en el Caso Noós y los presuntos sobresueldos en B de la cúpula del PP.
Su sinceridad, su valentía y su apasionamiento a la hora de defender en lo que cree no sólo son algunas de sus señas de identidad sino también los valores que muchos admiramos en esta mujer que ha desarrollado una carrera amplísima en la que ha realizado entrevistas a los personajes más importantes del momento, en la que se arriesgó a presentar un innovador espacio que se convirtió en fenómeno social mientras creaba escuela, y en la que se ha unido a los más débiles para dar a conocer sus lamentables situaciones personales.
Todo ello sin perder un ápice de la ilusión con la que empezó en el mundo del Periodismo. Y es que mantiene esa citada pasión y el deber de luchar por la libertad y la verdad. Valores que, hoy más que nunca, hay que reivindicar.