Hace muchos años leí la novela La piel del tambor, escrita por Arturo Pérez-Reverte, y me encantó. Me pareció una obra que ofrecía una interesante trama, que mantenía el suspense en todo momento y que se componía de una serie de personajes con muchas aristas que resultaban especialmente atractivos. Por este motivo, cuando vi que la adaptación de dicho libro llegaba a la gran pantalla no he dudado en lanzarme a verla. Y al hacerlo siento decir que me he sentido decepcionada. Ahora te explico los motivos.
Como bien sabrás, cuenta la historia de Lorenzo Quart, un sacerdote que es enviado por el Vaticano a Sevilla. El objetivo es que descubra qué hay detrás de las muertes que se están produciendo en una iglesia. Esta, que es propiedad de una aristocrática familia de la ciudad, quiere ser demolida por un banco y hay quienes creen que es el propio templo el que comete los crímenes para protegerse y evitar su desaparición.
'La piel del tambor', una película que no cautiva
Sergio Dow, quien ha hecho el guion de este largometraje junto al propio Pérez-Reverte, es quien ejerce de director de este filme que se ha quedado en un querer y no poder. Y es que tenía una historia muy interesante y atractiva para darle forma a una película que consiguiera enganchar al público, pero sinceramente no lo ha conseguido.
No ha logrado encumbrarse como uno de los filmes más destacados de la temporada por varios motivos:
1-La elección del elenco de actores, bajo mi humilde punto de vista, ha sido pésima.
Es cierto que algunos de los actores tienen una trayectoria brillantísima a sus espaldas, pero eso no quita para que algunos de ellos en este caso no hayan estado a la altura. Y es que no han conseguido darle forma a los personajes redondos creados por el autor, bien porque no han podido o bien porque el guion no se lo ha permitido.
En este caso, la primera metedura de pata para mí ha sido escoger al actor británico Richard Armitage como protagonista. Una decisión que se habrá tomado para darle relevancia internacional al filme, ya que él es muy conocido por sus papeles en la saga El Hobbit, Capitán América o Star Wars.
Su papel del sacerdote Lorenzo Quart no cautiva al espectador en ningún momento. Es cierto que el religioso es un hombre hermético, con un complicado pasado a sus espaldas, pero eso no quita para que hubiera conseguido conectar con el público, como sí sucede en la novela.
Richard mantiene durante todo el largometraje la misma expresividad para cualquier situación. No engancha y no resulta creíble en absoluto.
Y ni hablar de la nula complicidad con el personaje de Macarena, interpretado por Amaia Salamanca. No existe ningún tipo de feeling entre ellos y el momento 'romántico' que viven es realmente de risa.
2.El doblaje nos trastoca
Un gran porcentaje de actores que aparecen en la película son españoles y los hemos visto en numerosas series y largometrajes españoles. Vamos, que conocemos sus voces perfectamente. Por este motivo, lo cierto es que desconcierta verlos y escucharlos con otras voces que no son las suyas.
No es que los dobladores hayan hecho mal su trabajo, es que los tenemos tan reconocidos que verlos hablar de otro modo nos deja fríos, indiferentes y no nos permite creernos al 100 % sus personajes.
3.La historia se queda corta y con lagunas
Todos sabemos que cualquier novela tiene una historia mucho más desarrollada y profunda que su adaptación cinematográfica. Es lógico, se trata de una cuestión de tiempo, dinamismo y lenguaje fílmico. Pero hay películas que saben muy bien llevarse a la gran pantalla y esta no ha sido el caso, bajo mi punto de vista.
Hay lagunas que hacen que la trama sea atropellada, que en ocasiones sea confusa, que haya aspectos que se quedan en el aire, como el complicado caso del pasado del protagonista, y que haya situaciones que resultan imposibles de creer, como el citado 'affaire' entre Quart y Macarena.
Estos tres aspectos principales son los motivos por los que La piel del tambor ha sido una gran decepción. Mi nota para ella es un claro suspenso.
P.D: Lo único positivo de este trabajo es que permite admirar la ciudad de Sevilla y da la posibilidad de disfrutar de la voz de la gran Pastora Soler. Esta es la intérprete de la canción Sus lágrimas y el mar, creada por Roque Baños.