Jamás había oído hablar de la obra 'El comensal', de Gabriela Ybarra. Y llegó a mi vida a través del club de lectura al que pertenezco, así que, como siempre, asumí con ganas su lectura. Sin embargo, tengo que admitir que este libro ha pasado sin pena ni gloria por mi vida. Creo que tenía una historia potente y emotiva con la que capturar al lector pero, al menos a mí, no lo ha conseguido. Ha provocado todo lo contrario, absoluta indiferencia.
Humildemente, tengo que reconocer que, a pesar de haber recibido el Premio Euskadi de Literatura, me cuesta creer que este libro haya sido galardonado. Para mí, tiene carencias bastante notables.
Sinopsis: En esta obra autobiográfica, la autora relata dos de los episodios más duros de su vida y de su familia. Por un lado, el secuestro y posterior asesinato de su abuelo Javier por parte de ETA en 1977. Por otro, el cáncer que sufrió su madre y que acabó con su vida.
Lo mejor:
El punto de partida de la obra.
Que se lee de manera ágil y sencilla.
Lo peor:
Las dos tragedias que narra parecen no tener ningún tipo de nexo que ensamble la obra. Realmente parecen dos relatos absolutamente diferenciados y recogidos en un solo volumen.
Que cuesta muchísimo empatizar con la protagonista durante la enfermedad de su madre. Y es que, en la mayoría de los casos, es bastante fría. Es más, narra situaciones en los últimos días de vida de la enferma que chocan y molestan. No se entiende en absoluto ese comportamiento cuando está a punto de perder a la mujer que le trajo al mundo y eso, a mí al menos, me ha echado para atrás. Me ha sido imposible conectar con Gabriela.
Es difícil catalogar esta obra como novela autobiográfica, básicamente por la forma en la que está redactada. Especialmente, en lo referente al secuestro, simplemente parece que ha hecho un reportaje del suceso.
Le falta sentimiento, emoción y sensibilidad. Y no me referio a caer en el sentimentalismo barato, me refiero a llegar al corazón de quien lo lee. Quizás se pierde demasiado en asuntos materialistas que hacen perder sentido, ritmo y conexión.
Mi frase favorita de 'El Comensal':
“Sed sencillos”.
NOTA: 8